Actividades de Asturianía
Grupo Folklórico "La Panoya"
El baile, un sello de la asturianía
Como mucho se ha expuesto, el baile tuvo y tiene un lugar propio dentro del imaginario colectivo de los emigrantes, pues fue una de las herramientas elegidas para dar a conocer su cultura.
En el caso de Asturias, el Principado no sólo tiene la dicha de poseer un extenso patrimonio cultural sino que además cuenta con instituciones, como son los Centros Asturianos en el exterior, que cumplen con la obligación moral de propagarlo y difundirlo. La ciudad de Santa Fe, no es la excepción: al igual que muchos otros puntos de la Argentina, se hace visible la existencia de una colectividad asturiana en la zona a comienzos del siglo pasado, cuando funda en 1908 el Centro Asturiano.
El baile siempre estuvo presente en la comunidad asturiana residente en Santa Fe pero cobra relevancia a partir del año 1940. Cinco años más tarde, el impulso se concreta cuando se crea oficialmente el primer conjunto folklórico perteneciente al Centro: el Grupo "La Panoya".
A partir de allí la institución comienza a contar con un fuerte pilar en donde basar la divulgación y transmisión de conocimiento sobre su cultura. El baile asturiano fue para los santafecinos el signo identificativo de la asturianía, y fue en muchos casos la carta de presentación más segura y acertada frente a las demás colectividades. Los emigrantes asturianos hallaron en el baile no solo una forma de expresión sino una manera simple de transmitir sus raíces y el amor que por ellas sentían.
En un comienzo los bailes se basaron en el recuerdo más que en la teoría. Las primeras danzas realizadas por el grupo surgían de la cabeza de los más memoriosos así como el canto y los ritmos. En ese entonces se realizaba un único baile: la Jota del Centro
A medida que pasó el tiempo, los bailes fueron reconstruyéndose en conjunto. Fueron el resultado de las ganas y la ansiedad que tenían aquellos asturianos por brindar a los más jóvenes una hermosa manera de transmitir lo que llevaban dentro: el amor y el respeto por su Asturias
La Panoya en la actualidad
Dicho grupo vuelve a refundarse con el mismo nombre en mayo de 1996 y participan allí también integrantes del primer grupo creado 50 años antes. Pero en esta ocasión no sólo se contó con el recuerdo sino también con la solidaridad y la experiencia del Centro Asturiano de Rosario.Por aquel entonces el grupo no contaba con gaiteros de manera que, los primeros bailes que se realizaron fueron las danzas prima y jotas cantadas al ritmo de las panderetas. Contando luego con el sonido de las gaitas, el conjunto La Panoya comienza a ampliar su repertorio partiendo de la base de la Jota Común, llamada en Santa Fe Ringo Rango (dada la letra de la canción difundida por los inmigrantes asturianos medio siglo atrás.)Pero lo que hace distinto el baile asturiano en la emigración es simplemente lo que expresa el baile por si mismo.
Estando lejos y a la distancia, afloran los recuerdos, las vivencias, los aromas, los sentimientos, los paisajes, las costumbres, las ganas de volver, y todo eso se expresa en el baile. Y hace que cuando uno aprende a bailar, a pesar de no llevar lo asturiano en la sangre, aprenda también acerca de esos prados, de las playas, de sus costas, sus montañas y de todos esos recuerdos. En fin, se aprenden no solo los pasos sino ese sentimiento que va implícito, que es lo hace sentirse a uno lejos de casa, aunque nunca allá pisado esa tierra.
Podría decirse que, visto desde afuera, uno de los motivos por el cual el baile asturiano tuvo tanta aceptación en nuestra ciudad, esta dado no sólo por la calidad de los bailes, sino por el sentimiento que se respira en el ambiente cuando La Panoya baila.
Podría decirse que, visto desde afuera, uno de los motivos por el cual el baile asturiano tuvo tanta aceptación en nuestra ciudad, esta dado no sólo por la calidad de los bailes, sino por el sentimiento que se respira en el ambiente cuando La Panoya baila.
Y esa diferencia la hicieron los emigrantes: porque el baile asturiano dentro de la tierrina representa su folclore; en cambio a la distancia, representa, mas allá de la cultura, el amor que uno siente por Asturias.
Juego de Bolos
El juego de Bolos, la tradición hecha deporte
En Argentina, Santa Fe se destaca por ser uno de los Centros Asturianos que más empeño pone en mantener viva una de las tradiciones más emblemáticas de la tierra madre,entre ellas, las cuatreadas.
Un estudioso asturiano escribió que los bolos son algo más que un deporte, constituyen un signo de identidad y un patrimonio cultural asturiano. Sus orígenes datan desde muy antiguo. Se cree que llegaron a Asturias de la mano de los peregrinos del camino de Santiago, emparentados con los bolos franceses. Otros, más radicales afirman que a los bolos los inventaron los asturianos.Lo cierto es que arraigaron fuertemente en las costumbres astures hasta constituirse en una genuina manifestaci ón de su cultura.
En el siglo XIX, este juego se había popularizado totalmente y junto con los sueños y las esperanzas de los emigrantes, cruz el Atlántico. Conjuntamente con los Centros Asturianos que se fundaron a todo lo largo y lo ancho del continente, las boleras florecieron en este lado del mundo. Porque no se concibe a un grupo de asturianos reunidos que no añore un juego de bolos. Nuestro Centro no fue la excepción. Al contrario. Su bolera fue una de las más activas y convocantes de esta zona del páis.
Nuestros socios mayores recuerdan y a oran las partidas que se organizaban todos los domingos, con los jugadores locales, y los torneos de los días festivos, como el Día de Nuestra Señora de Covadonga, o la fiesta del aniversario de la institución, de los cuales participaban jugadores de otros Centros, especialmente de Rosario y Buenos Aires. Largas partidas que culminaban en la gran reunión de camaradería, fraternidad y recuerdos que eran los almuerzos, donde no faltaban la buena fabada y la buena cerveza santafesina, para agasajar a los propios e invitados.De esas pocas nos quedan los testimonios de los trofeos que orgullosamente guarda nuestro Centro y los hermosos versos con los que Adelina Alonso describió al juego y a los jugadores.
Hoy, este esfuerzo encuentra continuidad y profesionalismo en la figura del flamante profesor de bolos, Ignacio Giles. Ignacio, con su formación y pasión por el deporte, no solo perpetúa esta tradición, sino que también logra fomentar que los alumnos del colegio se acerquen al juego de bolos, no solo refuerza su identidad cultural, sino que también les ofrece un espacio de recreación y aprendizaje. Este deporte, además de ser una manifestación cultural, promueve valores como el compañerismo, la disciplina y la sana competencia.
Invitamos a toda la comunidad a participar activamente y apoyar esta iniciativa, para que el juego de bolos siga siendo una parte viva y vibrante de nuestra identidad asturiana en Santa Fe.
¡Sigamos trabajando juntos para que esta tradición perdure en el tiempo!